Solidaridad Obrera AIT: 4 años para una revolución de 360 grados

Luego de una vuelta larga de casi 4 años, ha culminado, en principio, el acuerdo práctico de la alianza de los partidos que en noviembre del 2019 firmaron lo que vendría a ser el salvavidas político a Piñera, quien con un 4% de aprobación se mantenía en el gobierno, y con el pueblo en la calle masivamente.

Sin embargo, el domingo pasado (17 de diciembre) y luego de la propuesta de la convención constitucional, los expertos y finalmente el consejo constitucional, se ha cerrado el proceso que frenó la protesta en Chile, con promesas de una mejor forma de gobierno y distribución de la riqueza, a través de un acuerdo social, nacido en democracia.

Sin embargo, esta promesa solo sirvió para demostrar que la constitución sea del sector que sea, no es un contrato social, ni un pacto social nacido de las organizaciones de la sociedad civil o de una asamblea verdaderamente representativa de las fuerzas sociales y políticas que se expresan organizadamente en Chile, sino que es un acuerdo para disminuir la presión de los ricos contra los pobres, los explotadores contra los explotados.

Esto nos vuelve a foja 0, volvemos a la constitución Pin8-Guzman-Lagos, la que nos brinda un marco legal neoliberal, quizá no tan fascista como la del 2023, pero no por eso mejor.

Nos han ido acostumbrando desde Lagos/Lavin a los males menores, a los pequeños avances, tan pequeños que incluso parece que fuéramos hacia atrás. La política y sus tramas han permeado nuestra clase con aquellas “promesas” de zanahoria y garrote, aquellos avances proges que terminan traduciendo Wallmapu en Macrozona sur o dando la mano a gobernantes tan derechistas como Milei o negando lo que prometían cuando estaban en la oposición.

La salida no es una promesa, no es un acuerdo de gobernabilidad, tampoco es la liberalización de los mercados para que nos chorree la gran promesa capitalista que a todxs nos llegara los beneficios del progreso moderno. No es por ahí, por donde las organizaciones revolucionarias o de resistencia nos movemos, tampoco nos golpeamos la cabeza contra el muro represivo, correlación de fuerzas, dicen los viejos, crecer lentamente, pero con los objetivos claros, no los de las reformas, no los pequeños pasos, no un paso adelante y 40 atrás, sino que necesitamos crear una fuerza popular que empuje, que logre diferenciar la lucha de clases de las reformas liberales de los progres, esos que por presentarse como buena onda, terminan acostándose con los fachos y derechistas.

La lucha no es fácil, sobre todo en esta época, donde somos minoría, donde tenemos todo en contra, pero tenemos la certeza que la contradicción capital/trabajo y oprimidos/opresores ira creando rabia en luchadores. Despertar al dormido, organizar al despierto, decían por ahí, a eso le sumo que debemos organizar la rabia.

Dimos una vuelta larga de 4 años, pero no nos hemos decepcionado de la lucha, las ideas siguen incólumes, lo que si ha cambiado es la realidad y sobre ella construimos alternativa social y anacosindical.

La revolución no está a la vuelta de la esquina, pero tampoco llegara por devenir divino.

¡¡Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones!!

Solidaridad Obrera, IWA-AIT

25 de diciembre de 2023

Fuente: https://solidaridadobrera.cl

 


Colaboraciones a edicionesapestosas[arroba]riseup.net


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