Presentamos una entrevista a Edgard, compañero de la FLA Argentina (Federación Libertaria Argentina). El tema, por supuesto, era el nuevo gobierno argentino encabezado por un presidente «anarquista». Las opiniones de Edgard no representan a toda la FLA (Nota CAS).
El nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, no oculta sus actitudes antisociales y extremadamente neoliberales. ¿Cómo ha afectado su política hasta ahora a los derechos sociales de los trabajadores?
El 20 de diciembre de 2023, poco después de asumir el cargo, Milei emitió un decreto que promulgaba una serie de reformas que debían implementarse de inmediato. A finales de enero de 2024 envió el primer borrador de la ley, cuyo principal objetivo era proteger los decretos de posibles futuros juicios. Esta primera propuesta legislativa fue bloqueada porque no contaba con el apoyo necesario en el parlamento. El debate estuvo abierto y el gobierno intentó implementar una parte importante de lo que propuso en su programa político.
El gobierno persistió y por segunda vez logró el consenso necesario con los gobernadores de las distintas provincias de la república (entró en vigor el 8 de julio de 2024, pero aún falta el reglamento interno para su implementación). Estos nuevos conjuntos de leyes se redactaron conmenos vigor que los primeros, pero con la misma intención. Poner todo el
poder del capital a expensas del público y reformar las relaciones laborales. Las leyes perseguían dos objetivos: en primer lugar, privatizar gran parte de las empresas públicas, lo que dejaría a miles de empleados sin trabajo, y en segundo lugar, proponían una reforma laboral sin la participación de sindicatos y empleados.
Se puede dar un ejemplo de que hasta la adopción de las Leyes Milei, la normativa laboral estipulaba que al inicio de la relación laboral se aplicaría un período de prueba de tres meses. Desde la nueva ley, este período se ha ampliado hasta 12 meses, dependiendo de una amplia gama de circunstancias. Según él, el motivo del despido es también la ocupación o bloqueo del puesto de trabajo. Es decir, va en contra de las principales herramientas de acción directa que se han utilizado hasta ahora. Sin embargo, con la aprobación de la legislación laboral, surge una movilización que exige su abolición.
Un intento de tratamiento de shock por parte de Carlos Menem hace veinte años terminó en revolución y ocupación de las fábricas. ¿En qué se diferencia la situación hoy?
Durante los diez años que duró el proyecto menemista (1989-1999), las medidas de choque en los campos económico y laboral se introdujeron sólo a partir del segundo año. En el ámbito económico, esto significó vincular la moneda nacional (el peso argentino) al dólar. El objetivo de esta medida era salir de la hiperinflación que asfixiaba diariamente a la economía mediante la congelación de los salarios (en marzo de 1990 los precios habían aumentado un 95,5%). La consecuencia de esta medida fue que las exportaciones argentinas dejaron de ser competitivas. Al mismo tiempo, el país se abrió a importaciones ilimitadas. Esto tuvo un impacto directo en la manufactura local.
Ante esta disyuntiva, especialmente en el último período del menemismo, los empresarios decidieron declarar la quiebra de sus empresas para evitar pagar indemnizaciones. Miles de trabajadores decidieron entonces ocupar sus lugares de trabajo en toda Argentina. Hubo mucha experiencia con las cooperativas, experiencias que simultáneamente aumentaron la confianza en sí mismos de miles de desempleados devastados por la liberalización del mercado laboral, elevaron el espíritu colectivo y la lucha común y suavizaron los efectos más duros de las reformas.
La privatización de las empresas estatales y la liberalización por parte del Estado, que recuerdan a la actual, estuvieron estrechamente relacionadas con el programa económico de la última dictadura militar (1976-1983). Sin embargo, además de las fábricas ocupadas, también hubo reuniones vecinales y espacios solidarios, autónomos y horizontales, donde quienes quedaron excluidos del sistema económico a consecuencia de la salvaje crisis, al menos compartían alimentos.
Aunque Javier Milei ganó las elecciones, ahora ha provocado que el costo de vida de la gente común y corriente aumente en cientos por ciento. ¿Cuál es su apoyo público ahora?
Aunque todavía es pronto para medir la resistencia a esta nueva avalancha de capitales (6 meses intensos), ya está en pleno apogeo. Podemos decir que muchas empresas que recientemente se recuperaron y eran autogestionadas por sus empleados tuvieron que cerrar, simplemente por motivos de costes. Estamos aplastados por la inflación (la cuarta
más alta de la región y una de las tres más altas del mundo) junto con los altos costos de la energía, y a esto se suma la falta de divisas/dólares para importar productos necesarios para la producción y que son No producido en Argentina. La cuestión de la falta de dólares es crucial para comprender el funcionamiento económico del país, porque así como el dólar permite la estabilidad de la moneda nacional, al mismo tiempo impide la competitividad de sus exportaciones y, por tanto, está a merced de crisis internacionales imprevistas ( guerras, burbujas financieras), lo que lo hace constantemente frágil y expuesto a cualquier influencia externa.
Otro factor recurrente en esta crisis a veces cíclica son los préstamos de las agencias internacionales de crédito (FMI), que llevan varios años vigilando las cuentas internas y exigiendo ajustes y recortes en los presupuestos sociales.
El apoyo a Mileio se encuentra actualmente en un nivel moderado (según las encuestas, puede oscilar entre el 37 y el 45 por ciento; recordemos que ganó con el 55,69%). Milei es producto del agotamiento de los partidos tradicionales, de los graves problemas económicos que arrastra desde hace décadas y, por otro lado, de la frustración que ha sabido gestionar bien a través de diversos medios y plataformas televisivas o virtuales. Aunque hay muchos sectores donde su discurso y sus políticas podrían impulsar su reinado, eso no está sucediendo actualmente. Sin embargo, factores como la represión de los movimientos sociales, la recesión económica, el alto desempleo y el alto costo de vida se están convirtiendo en la norma en Argentina.
¿Cómo construyen los movimientos sociales resistencia contra Mileia?
La resistencia se organizó desde el principio mediante manifestaciones masivas durante las votaciones parlamentarias sobre la «Ley Básica». Se unieron el movimiento feminista, anarquistas, el movimiento de pensionados (también anarquistas), universitarios, empleados de empresas estatales, docentes y catedráticos y, como hace 20 años, regresaron las
tertulias barriales como expresión de resistencia al margen de la burocracia sindical y política de partidos, retorno a las raíces del autogobierno, horizontalidad y lucha callejera.
También hay que decir que si bien es cierto que los sindicatos mayoritarios (cuya dirección es peronista) se movilizaron inicialmente, decidieron cambiar a una estrategia diferente de negociación con los dirigentes del poder y abandonaron la idea de una huelga general. Por último, hay que decir que según los últimos indicadores de pobreza, tenemos aproximadamente el 48% de los pobres de una población total de 47 millones. Estos indicadores son resultado de la degradación de la economía local, deterioro de los salarios, recesión económica y despidos.
Sin embargo, los más graves son los recortes en los sectores más vulnerables, como los comedores sociales (que no han desaparecido desde 2001 hasta la actualidad y dependen en cierta medida de las subvenciones estatales). Estos subsidios estatales fueron cortados repentinamente (dentro de las leyes antes mencionadas). Miles de comedores sociales
quedaron así sin alimentos. Sin embargo, el resultado no fue más que el restablecimiento de los viejos lazos de solidaridad de 2001 en un escenario económico y social cada vez más desigual.
Milei se define a sí mismo como un «anarcocapitalista». ¿No desacreditó las ideas anarquistas en el debate público?
Si bien sabemos que las ideas que Milei promueve y difunde están alejadas del anarquismo, sus constantes menciones en los medios causan confusión entre los desprevenidos.
Ante este escenario, hemos lanzado una campaña a través de las redes sociales con textos e información que intentan aportar claridad a la tergiversación de conceptos. Con el tiempo, surgió un nuevo término para describir a los anarcocapitalistas: maniquíes liberales.
Por la Asociación Anarquista Checoslovaca (CAS)
3 de Agosto de 2024
Texto original en checo: https://anarchiste.org
Traducción automática de A-infos
Recibido el 22 de agosto de 2024