La reorganización de la autonomía zapatista» es un extracto del libro de Jérôme Baschet The Zapatista Experience: Rebellion, Resistance, and Autonomy [La experiencia zapatista: Rebelión, resistencia y autonomía], de Jérôme Baschet, publicado este otoño por AK Press. Aunque el libro se publicó por primera vez en México en 2019, la traducción al inglés contiene material nuevo que no aparece en el original en español, incluida una valiosa descripción de la reorganización de las estructuras políticas zapatistas que ha estado en marcha durante el último año. Como observa Baschet, esta transformación, anunciada por los zapatistas a finales de 2023, es un intento de abordar una serie de limitaciones y obstáculos que han acosado a sus comunidades durante algún tiempo, tanto desde dentro como desde fuera. El presente texto, que esboza las recientes modificaciones a su forma política, se lee mejor como una posdata al poderoso artículo de Baschet, «Autonomía zapatista: ¿Un experimento destituyente?», que describe con gran detalle la estructura de la sociedad política zapatista antes de su reciente reorganización. (Por Libértame )
La nueva etapa de la lucha zapatista anunciada a finales de 2023 se caracteriza por una reorganización significativa de la autonomía.Mientras desaparecían los municipios autónomos (MAREZ) y las Juntas de Buen Gobierno, nacía otra forma organizativa cuya «base principal», el nuevo «núcleo de toda autonomía», son los Gobiernos Locales Autónomos (GAL). Además, los GAL pueden coordinarse a nivel regional[1], formando «Colectivos de Gobierno Autónomo Zapatista» (CGAZ), y pueden convocar asambleas de autoridades comunitarias para tomar acuerdos de interés mutuo. A su vez, los CGAZ pueden unirse para formar «Asambleas de Colectivos de Gobiernos Autónomos Zapatistas» (ACGAZ) que tienen su sede en los Caracoles y -cuando el GAL y el CGAZ lo consideren necesario- pueden convocar asambleas zonales.
Esta reorganización elimina el nivel de autonomía municipal que se creó en 1994, sustituyéndolo por instancias de coordinación a nivel de las llamadas «regiones»[2]. A nivel de las «zonas» más amplias, se han eliminado los consejos de autoridades electas conocidos como Juntas de Buen Gobierno, y podemos considerar a los ACGAZ como una nueva modalidad de lo que antes se conocía como asambleas zonales.Y aunque la autonomía sigue organizándose a tres niveles, el equilibrio entre ellos ha cambiado considerablemente. El nivel local, comunitario, tiene un papel más decisivo, mientras que en los niveles supralocales las nuevas formas de organización son más simples: los consejos de autoridades electas han sido eliminados y sustituidos por estructuras de coordinación en forma de asambleas y reuniones de autoridades locales. Es importante señalar que estas articulaciones regionales y zonales sólo se reúnen y actúan a petición de los GAL y permanecen bajo su mando.
Esta reorganización obedece a dos razones. La primera es adaptarse a un contexto con muchos peligros (especialmente la creciente presencia del crimen organizado) y prestar mayor atención a la necesidad de autodefensa. La segunda es en respuesta a las autocríticas sobre cómo ha funcionado la autonomía hasta ahora.
El subcomandante Moisés reúne estas dos razones cuando escribe que la forma anterior de autonomía «demostró que ya no servirá para lo que viene. Además de los defectos inherentes».[3] Era una crítica a cómo la autonomía se había convertido en «piramidal».Además de los casos de «mala administración de los recursos del pueblo» (que fueron sancionados), el Subcomandante Moisés explica que el principal defecto es que las autoridades «ya estaban cayendo en querer decidir ellos, las autoridades.» Además, «las propuestas de las autoridades no bajaban como eran al pueblo, ni las opiniones del pueblo llegan a las autoridades.» En resumen, las autoridades y las comunidades «se han distanciado», se han «separado». El subcomandante Moisés concluye que la estructura era demasiado vertical, algo que puede funcionar en el ámbito militar pero no en el civil. La reorganización se presenta como una forma de «cortar la pirámide», o mejor dicho, de «darle la vuelta».
Otro aspecto importante de la nueva etapa se explica en la parte final del comunicado, titulada «Lo común y la no propiedad». Junto a los actuales modos de trabajo -trabajo individual en tierras ejidales o comunales para la subsistencia familiar, y trabajo colectivo (principalmente en tierras recuperadas en 1994) para financiar el gobierno autónomo y los proyectos- proponen una nueva forma de utilizar las tierras recuperadas: «establecer extensiones de la tierra recuperada como comunes. Es decir, sin propiedad.Ni privada, ni ejidal, ni comunal, ni federal, ni estatal, ni empresarial, ni nada. Una no propiedad de la tierra «[4]. Concretamente, estas tierras no se otorgarán de manera definitiva a nadie, sino que se prestarán por turnos a quienes deseen trabajarlas por un periodo de tiempo, sean o no zapatistas -lo que requiere acuerdos entre pobladores de distintas filiaciones organizativas, basados en el cumplimiento de las «reglas de uso común» mencionadas en el comunicado. Es probable que esta iniciativa busque superar una grave amenaza para las tierras recuperadas: como nunca fueron legalizadas, el gobierno incita a otras organizaciones a atacar a los zapatistas que viven ahí, ofreciéndoles beneficios materiales a cambio de reclamar la tierra. Esta propuesta de uso compartido y consensuado de la tierra entre zapatistas y no zapatistas puede ser una forma de reducir las agresiones y conflictos que se han seguido multiplicando a lo largo de los años.
Más allá de estas circunstancias inmediatas, la propuesta se basa en una crítica no sólo a la propiedad privada, sino a todas las formas de propiedad legalizadas por el Estado, incluido el ejido, legado de la Revolución Mexicana. Su llamado a la no propiedad abre una ventana hacia una nueva relación con la tierra y nuevas prácticas, aún por inventar.Además, «algunas hectáreas de esta no-propiedad serán propuestas a naciones hermanas de otras geografías del mundo. Vamos a invitarles a que vengan a trabajar esas tierras, con sus propias manos y conocimientos».[5]
¿Qué significa esta evaluación -que llevó a la eliminación de los municipios autónomos y las Juntas de Buen Gobierno- para el análisis zapatista de la autonomía [que he presentado anteriormente]? A estas alturas, sigue siendo una pregunta difícil de responder. En primer lugar, lo que el Subcomandante Moisés compartió a finales de 2023 son sólo «conclusiones del análisis crítico de MAREZ y JBG» (los municipios autónomos y las Juntas de Buen Gobierno). Aún esperamos la oportunidad de conocer estas evaluaciones con mayor detalle, tal vez incluyendo las opiniones de quienes han participado en consejos autónomos, como lo hicimos durante la Escuelita. En segundo lugar, cabe preguntarse cómo interactuaron entre sí los diversos factores que llevaron a la eliminación de los municipios autónomos y las Juntas de Buen Gobierno. ¿Hasta qué punto fueron decisivas las críticas a la autonomía?Recordemos que ya se mencionaban muchos errores en los cuadernos de la Escuelita, lo que significa que quienes participan en la autonomía son conscientes desde hace tiempo del riesgo de que las autoridades se separen de las comunidades. ¿O fue la necesidad de adaptarse a un contexto extremadamente amenazador el factor más decisivo? ¿Habría que tener en cuenta también otros factores? Dado que la construcción de la autonomía es un proceso tan difícil, sería ingenuo pretender que el EZLN tiene la misma fuerza y presencia territorial que en 1994 o 2003. Además, una rebelión antisistémica sufrirá inevitablemente cierto grado de agotamiento después de sostener una lucha durante tres décadas, en medio de incesantes agresiones contrainsurgentes y una crisis sistémica cada vez más grave.
En cualquier caso, los cambios anunciados por el EZLN a finales de 2023 nos llevan a enfatizar aún más las dificultades de la autonomía. Pero, al mismo tiempo, ponen de relieve la excepcional capacidad de resistencia de la autonomía zapatista, a pesar de todos los factores que hacen que este proceso sea frágil. (Reconociendo que la fragilidad surge de la capacidad misma de resistir, y que en la fragilidad se puede encontrar la fuerza, es decir, no se trata de separar lo bueno de lo malo).
Varias dificultades enfrenta la autonomía zapatista, entre ellas las constantes agresiones en su contra, la dificultad de construir un mundo otro en un contexto tan adverso y con recursos materiales tan limitados, los errores de las autoridades autónomas y el verticalismo del EZLN (algo que los propios zapatistas reconocen, enfatizando que la dimensión militar podría impedir el crecimiento de la autonomía civil y la horizontalidad que requiere). La pesada carga de todo el trabajo que requiere la resistencia zapatista es otra causa de fragilidad, aumentando las instancias en las que las personas ya no soportan el agotamiento y optan por abandonar la organización. Otras razones podrían ser la migración y las tensiones que conlleva cualquier proceso de transformación.
También debemos reconocer todos los aspectos de la resistencia, por qué la experiencia zapatista ha logrado persistir a lo largo de sus tres décadas de vida pública, algo que desafía la lógica y raya en lo improbable (o en lo imposible hecho posible). Debemos recordar que siguen siendo una fuerza armada, por lo que -aunque han hecho todo lo posible por evitar el uso de las armas- un aspecto es su capacidad de autodefensa.Otra es su constante inventiva política, que les ha permitido tejer alianzas y cultivar redes de solidaridad. Han cosechado un nivel de apoyo nacional e internacional que -aunque menor que el de los primeros años después del levantamiento- se mantiene hasta hoy, sigue manifestando su fuerza en los momentos de mayor peligro y participando en iniciativas importantes como el Viaje por la Vida a Europa. Por encima de todo, las bases de apoyo zapatistas ejercen un grado de determinación y tenacidad que va más allá del arte de resistencia arraigado en la historia de los pueblos indígenas. Se sustenta en la convicción de la justicia de su lucha, en las sensaciones de una dignidad recuperada al autogobernarse y crear por sí mismos el mundo que merecen.
Dos estructuras sostienen los avances de la experiencia zapatista: una es la organización civil de la autonomía, y la otra es la organización político-militar del EZLN. El fortalecimiento de la autonomía, sobre todo a partir de 2003, ha implicado un proceso parcial de reorientación del poder antes concentrado en la dirigencia del EZLN hacia las bases de apoyo zapatistas y sus órganos civiles de gobierno. Pero nadie dijo que este proceso estuviera completo.Quizás la nueva etapa introduzca otra dinámica, con una mayor presencia del aspecto militar (teniendo en cuenta que esto no significa un retorno a la lucha armada). En cualquier caso, quizá la verticalidad del EZLN, como organización político-militar, ha sido un factor decisivo en la construcción y persistencia de la autonomía, al tiempo que ha creado dificultades que han acentuado su fragilidad.
Jérôme Baschet
Extracto del libro de Jérôme Baschet The Zapatista Experience: Rebellion, Resistance, and Autonomy [La experiencia zapatista: Rebelión, resistencia y autonomía]
Fuente: Libertamen.wordpress.com
Notas
[1] Subcomandante Insurgente Moisés, «Novena Parte: La nueva estructura de la Autonomía Zapatista». Enlace Zapatista, November 13, 2023. https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2023/11/13/ninth-part-the-new-structure-of-zapastista-autonomy
[2] Es necesario distinguir entre «regiones» y «zonas». Las regiones, formadas por varias comunidades, existían antes, pero sólo como un nivel organizativo en la estructura militar del EZLN, y no como una unidad dentro de las estructuras de la autonomía civil. Las zonas son entidades mucho más grandes que -antes de esta nueva etapa- agrupaban a varios municipios (mientras que el municipio agrupaba a varias «regiones»).
[3] El Capitán, «Décima parte: Sobre las pirámides y sus usos y regímenes consuetudinarios», Enlace Zapatista, 15 de noviembre de 2023. https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2023/11/15/tenth-part-regarding-pyramids-and-their-uses-and-customary-regimes
[4] El Capitán, «Vigésima y última parte: Lo común y lo no común», Enlace Zapatista, 22 de diciembre de 2023. https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2023/12/22/twentieth-and-last-part-the-common-and-non-property
[5] El capitán, «Vigésima y última parte».
[6] https://illwill.com/the-reorganization-of-zapatista-autonomy ; https://theanarchistlibrary.org/library/jerome-baschet-the-reorganization-of-zapatista-autonomy
Colaboraciones a edicionesapestosas[arroba]riseup.net
Luchas «muy otras»: zapatismo y autonomía en las comunidades indígenas de Chiapas
“La guerra contra el narcotráfico es una guerra contra el pueblo”: entrevista a Raquel Gutiérrez