En el pasado mes de noviembre lxs compañerxs de la Editorial Pensamiento y Batalla publicaron el libro «Anarquistas y radicales contra el canibalismo social en Grecia» (2023), compilación de artículos y comunicados que aborda la problemática del «canibalismo social» en la región griega, la cual hace referencia al ingreso y establecimiento de la relación social capitalista en nuestros barrios y comunidades por medio de individuos y grupos -que con o sin complicidad estatal- imponen la ley del más fuerte en las calles -incluso dentro del movimiento anticapitalista-, por medio del tráfico de drogas, el machismo, la apología a la violencia, el egoismo, la competencia, etc.
Notando que el fenómeno que lxs compas en la región grecia han denominado «canibalismo social» es un problema que trasciende la lucha callejera de Atenas -lo cual puede observarse también en nuestras calles, como por ejemplo, en el enfrentamiento de los últimos años entre grupos antiautoritarios y las mafias del barrio Meiggs en Santiago (que ya costo la vida de la compañera Francisca Sandoval, asesinada en la marcha del 1 de mayo del 2022)-, es que nos pareció relevante compartir las posturas y debates de lxs compas en grecia respecto al tema como forma de empezar a abordar la descomposición social y la violencia que impone el capitalismo en nuestros territorios. En tal sentido, lxs compañerxs de Pensamiento y Batalla aceptaron amablemente nuestra solicitud de compartir los texto del libro para ser publicados en nuestra web, siendo esta la primera entrega de este rico debate que esperamos nos inspire en la búsqueda de acciones para enfrentar esta crisis social, civilizatoria y sistémica desde perspectivas antiautoritarias. (Nota Lapeste.org)
Prácticas antisociales y violencia del anti-movimiento: Autoorganización social y solidaridad de clase
Los ataques de canibalismo social obviamente no son un fenómeno que exista solo en la zona de Exarcheia. Estas prácticas son parte integral de la crisis social que en los últimos años se ha intensificado cada vez más junto con la descomposición del capitalismo. La ausencia de estructuras de solidaridad de clase y de organización política de l@s oprimid@s en los barrios, la imposibilidad de construir un Frente de Lucha de clase que inocule a la sociedad una visión revolucionaria ofreciendo salidas a la crisis, crean brechas sociales y políticas.
Y es conocido que en la política como en la naturaleza no hay brechas
La zona de Exarcheia debería ser un ejemplo a seguir de barrio libertario y un ejemplo de autoorganización social y de clase para el resto de los barrios. En cambio, este barrio en particular, especialmente durante el período de crisis, se convirtió en un barrio donde se desarrollaron y generalizaron fenómenos antisociales y reaccionarios, hecho que los periodistas amarillistas no dejaron de aprovechar para difamar en su conjunto, a través de este barrio, la lucha del movimiento anarquista. Sin embargo, es un hecho real que en gran medida el destino de este barrio está ligado a las reivindicaciones y luchas sociales de esta tierra. Exarcheia fue un lugar de resistencia a la Ocupación Nazi, un campo de lucha contra la Junta de los Coroneles y sigue siendo un lugar para la parte más dinámica de la sociedad que se rebela contra los asesinatos de jóvenes y manifestantes desobedientes, es un campo de la expresión más prometedora de la solidaridad de clase. Así, la imagen del barrio de Exarcheia no puede ser más que un reflejo de la imagen actual del movimiento. Exarcheia como espacio de imaginación, politización y socialización debe ser capaz de desafiar y ganar tanto en la forma (haciendo viable el barrio para sus habitantes en un inicio), como en el contenido (cultural, social), a las relaciones de poder capitalistas aplicando relaciones y estructuras antiautoritarias. No, por supuesto, haciendo de la zona una isla de “libertad” alternativa, sino construyendo un modelo de barrio de resistencia contra la guerra que nos declara la troika, pero también contra el sistema político y económico interno cómplice del genocidio contra la sociedad invernante. Sin embargo, para servir adecuadamente a nuestros planes estratégicos, debemos igualmente proteger de manera adecuada y victoriosa los objetivos tácticos intermedios de la lucha, ya que para nosotr@s es más que obvio que un movimiento sin principios es un movimiento sin contenido político y, por supuesto, viceversa. La lucha contra las narcomafias, la represión estatal y el canibalismo social resume la táctica de nuestra asamblea al definir estos conceptos no como algo fragmentado entre sí, sino como parte de una estrategia unificada del Estado y el capital hacia l@s que resisten. Por eso mismo, no podíamos quedarnos callad@s ante los fenómenos de canibalismo social ya que sus consecuencias tanto en nuestro barrio, como en las líneas del movimiento son decisivas. La apatía ante estos incidentes, como algunos de los que se señalan a continuación, no significa neutralidad, sino complicidad en el monopolio de ejercer e imponer consideraciones y comportamientos autoritarios. Los cuales, si prevalecen, cambiarán estructuralmente tanto el contenido como la esencia de la lucha de liberación. Está claro que las responsabilidades son colectivas, de tod@s nosotr@s, tanto de colectivos organizados como de compañer@s individuales, y si optamos por enfrentarlas estaremos frente a patologías estructurales y brechas que han dado lugar al desarrollo de la gangrena dentro del movimiento. Porque la formación del movimiento hoy es deber y misión histórica de quienes luchan por cambiar el mundo.
Palizas por la zona
La ley de la selva impera en una zona donde, durante los últimos años, el libertarismo y la tolerancia “están en su lecho de muerte en urgencias”. La ley del más apto y más fuerte está fundamentalmente en desacuerdo con los principios y valores que defendemos como Asamblea para la reapropiación de Exarcheia. Las palizas a las personas por mirar de reojo o por haber tomado dos copas de más, a menudo terminan en un derramamiento de sangre, siendo como último ejemplo el incidente en la panadería “Las mazorcas” [τα Στάχυα] donde un grupo de jóvenes terminó en el hospital con los dientes rotos porque algunas personas del grupo tuvieron la desgracia de coquetear fuera de la tienda. Ataques de canibalismo social, como el incendio de una tienda de ropa en la calle Themistokleous [Θεμιστοκλέους], que llevó a la ruina financiera de una familia. Hurtos[1] en la zona más amplia por personas que legitiman su presencia en el barrio con saludos en la plaza. Personas, que a veces participan en huelgas y movilizaciones, trafican cantidades importantes de estupefacientes. Palizas a vecin@s del barrio y a compañer@s en la calle Tsamadou [Τσαμαδού] con motivo del incendio de un coche de la Policía de Tránsito. Gente con un posgrado en el canibalismo social y una tesis en el sapeo que esconden sus vergonzosos antecedentes penales antisociales y se lanzan como “jóvenes salvajes”.
La violencia en las manifestaciones
Los ataques a bancos, embajadas, oficinas de la Hacienda, objetivos policiales, coexisten a menudo con daños en semáforos, paradas de autobús, palizas a trabajador@s en comercios, ataques a compañer@s que reaccionan verbalmente ante estos fenómenos de degeneración y difamación de la violencia insurreccional-revolucionaria. Así el contenido y la dinámica de un banco quemado o de un Ministerio hecho pedazos, se descontextualiza cuando se da al mismo tiempo con acciones apolíticas, vacías de contenido antiestatal-anticapitalista. La elección del estallido fácil, sin pretender conectar la violencia con el contenido y los fines de la lucha de clases, no constituye violencia política.
Instituciones universitarias
En la ocupación de la Facultad de Derecho (durante la huelga de hambre de l@s pres@s polític@s) se desarrollaron y prevalecieron, que finalmente fueron justificados por algun@s, muchos incidentes de canibalismo social y violencia apolítica. Invasión a la Cafetería Autogestionada de la Facultad de Derecho y robo del dinero que había dentro, allanamiento del local de la Radio Tensión, vandalismo de locales de colectivos izquierdistas, ataques a personas que acudieron a informarse sobre los avances de la huelga de hambre, que l@s okupas l@s juzgaron simplemente como “sospechos@s”. Unos meses después, de ser un lugar de acogida para las demandas de cada generación, la Politécnica pasó a ser una, sólo en apariencia, estructura de solidaridad de clase para l@s refugiad@s. La búsqueda de convertir un espacio dentro de la Politécnica, como el del edificio Gini[2] [Γκίνη], en un minifundio de un@s poc@s, un espacio que pertenece a todo el movimiento y que fue “ganado” con la sangre de much@s miles, fue un acto autoritario de imposición contra el movimiento y su gente. Utilizar la solidaridad de l@s refugiad@s como vehículo para justificar comportamientos antisociales y contra el movimiento es un método para imponer una mezcla de conceptos elitistas y prácticas apolíticas pequeñoburguesas-autoritarias.
Keratsini [Κερατσίνι][3]
La memoria del antifascista Pavlos Fyssas no se honra con intervenciones antisociales de contenido autoritario contra pequeños comerciantes de la zona. En otras palabras, contra un objetivo que es potencialmente un aliado nuestro. La memoria no es basura. Honrar la memoria de un luchador perdido exige mayores deberes, de lo contrario, una caída en el descrédito y la confusión puede resultar contraproducente.
Monumentos, cabinas de teléfonos, paradas rotas y trolebuses quemados en la calle Patision [Πατησίων]
En el momento en que la sociedad sigue sufriendo del empobrecimiento más prolongado e intenso de las últimas décadas, las capas proletarias ocupan el campo geográfico y de clase dentro de la metrópolis que está determinado únicamente por sus limitadas capacidades materiales. Así, el transporte público, la comunicación, la espera en la metrópolis es una relación concreta dentro de un entorno capitalista estrictamente estructurado. Los ataques contra tales estructuras que en condiciones de crisis capitalista albergan las necesidades del proletariado multinacional, naturalmente, no se perciben como acciones antiestatales, no porque l@s proletari@s sean estúpid@s, sino porque l@s sujetos no hacen ningún esfuerzo por ello. Por otro lado, acciones como el sabotaje de las máquinas de validación de los pasajes de las estaciones son aceptadas por la gente tal como son. Como acciones de solidaridad con l@s que no tienen para pagar el precio. Con esta acción el movimiento abraza al pueblo y sus problemas, mientras que en el primer caso estas acciones funcionan más como una carga en el proceso de explotación de ell@s y de su tiempo robado por sus jefes.
Destruyen monumentos y estatuas en espacios públicos, por supuesto, no con el objetivo y la meta de, aunque sea simbólicamente, deconstruir cualquier simbolismo sociopolítico potencialmente reaccionario (de todos modos, dichos “detalles” ni los conocen ni les importan), sino impulsados por un estilo de vida, apolítico, acomodado y ciertamente destructivo. La “víctima” más reciente de l@s históricamente analfabet@s y de su pretenciosa rabia, fue el busto de Lela Karagianni, una mujer de ideas por lo demás conservadoras, que, sin embargo, no hay que olvidar, fue detenida por una acción de resistencia junto con cinco de sus hijos y fue más tarde asesinada mediante horribles torturas en el infierno de la calle Merlin [Μέρλιν], negándose a cooperar con los nazis.
Emboscadas a miembr@s de la izquierda extraparlamentaria y del movimiento anticapitalista en general
Los ataques a organizaciones y miembr@s del movimiento anticapitalista más amplio por parte de individu@s apolític@s (traficantes de drogas, hooligans) en nombre de la anarquía, son una derivación de las relaciones sociales y políticas que se forman sin criterios dentro del movimiento (morales, de valores) y del estilo de vida de la violencia pequeño burguesa que ha vencido la personalidad del luchador que se construye con esfuerzo y sacrificio. El conflicto (ideológico, material) con sectores de izquierda es asunto exclusivo de l@s compañer@s organizad@s en asambleas, organizaciones, sindicatos de base, grupos políticos. Uno puede preguntarse razonablemente: ¿es decir, l@s individu@s dentro del ámbito político de la anarquía no tienen derecho a enfrentarse con las fuerzas de izquierda si sienten que su integridad física o sus derechos políticos están amenazados en un momento dado? Por supuesto que tienen. Les basta con tener tanto el coraje político como la estatura moral para participar en tal conflicto. Cuando sus motivos están podridos, porque no son luchador@s populares sino seguidor@s de la violencia y del linchamiento, entonces sus resultados corresponderán a sus acciones. El conflicto entre tendencias ideológicas y corrientes políticas si se realiza en términos de violencia al estilo futbolera y prácticas mafiosas (por ejemplo, emboscadas) despolitiza el contenido del conflicto y desdibuja la lucha social y de clases, desacreditándola.
Conclusiones
Sería antidialéctico y falso concluir que mientras todo se mueve sin problemas dentro del movimiento, ciertos grupos se están moviendo fuera del plan. Lo cierto es que, durante todos estos años, salvo algunas notables iniciativas de compañeros y compañeras, no se preparó ninguna estrategia común de lucha teniendo como vehículo el barrio de Exarcheia. Así que no había un plan común. Sin embargo, este hallazgo, si se deja como está, sin mayor elaboración, constituirá una coartada para conductas feas y antisociales que ocurrieron en la zona. Porque el papel del luchador y luchadora anarquista y comunista es, aun cuando todo muestre lo contrario, ser una brújula para sus compañer@s, el movimiento y la sociedad. Luchar por su barrio, enfrentarse con l@s poderos@s y luchar por la Revolución Social. La conclusión de que no hubo un plan colectivo, aunque es cierto, es a menudo una excusa, por un lado, para lavar los deslices individuales y colectivos en el canibalismo y en los conflictos y, por otro lado, para ocultar otro hecho. Es decir, que este tipo de conductas, en nombre de la lucha y la anarquía, fue y sigue siendo una de las principales causas de la desintegración y fragmentación del sujeto colectivo de resistencia. La reproducción del canibalismo social a través de ataques violentos e injustificables contrarresta el esfuerzo por empoderar al movimiento anarquista, siembra la desilusión y crea confusión sobre nuestras metas y aspiraciones.
Frente a la violencia “pacífica” institucionalizada de la relación capital-trabajo, fundamento de la sociedad de clases, consideramos la contraviolencia como una forma de recuperar momentos de poder en el presente por, para y con l@s oprimid@s. La resistencia crea nuevas relaciones entre las personas. También se están formando nuevas reivindicaciones. La resistencia misma y no la violencia aislada es el motor de la Historia. Desde una huelga en el lugar de trabajo hasta la lucha armada, el mismísimo hecho de la lucha marca la diferencia. Porque si estamos de acuerdo en que la esencia del proyecto revolucionario radica en el desarrollo de una liberación de posibilidades para la emancipación humana, entonces creeremos que el primer paso contra la individualización y el canibalismo es la creación por diversos medios de vínculos tangibles de solidaridad. Porque romper el aislamiento creando estos lazos de solidaridad es el inicio de un compromiso. De un activismo que no es un “anti” sino que es “por” la vida y la alegría.
Hoy en Exarcheia, mañana en todos los barrios.
Asamblea por la reapropiación de Exarcheia
Colectivo Anarquista del barrio de Nea Filadelfeia [Νέας Φιλαδέλφειας]
Colectivo Anarquista Omicron 72
Colectivo Anarquista Vogliamo Tutto e Per Tutti
Colectivo Anarquista Rouvikonas
Anarquistas del barrio de Galatsi [Γαλάτσι]
Parque Autogestionado de Navarinou
Mansión Okupada de Kouvelou [Κούβελου]
Okupación de Lela Karagianni 37
Centro Social Okupado K*Vox
Línea Roja-Grupo Laboral de Contraataque
Asamblea de anarquistas-comunistas para el contraataque de clase contra la UE
Compañeras y compañeros
Octubre 2016
Publicado originalmente en Indymedia Atenas el 16/10/2016
Traducción de Askaso Lulios
Publicado en español en «Anarquistas y radicales contra el canibalismo social en Grecia«, Editorial Pensamiento y Batalla, 2023
Notas
[1] Hurtos, robos y atracos de mochilas, bolsos y billeteras a personas en la calle. [N. del T.]
[2] Edificio dentro del recinto de la emblemática Escuela Politécnica de Atenas que ha servido durante décadas como punto de encuentro y de asambleas para muchos colectivos anarquistas. [N. del T.]
[3] Barrio del oeste de Atenas. [N. del T.]