11 de junio: Día internacional de solidaridad con Marius Mason y lxs presxs anarquistas de larga condena [fanzine]

Se acerca la primavera y ha llegado el momento de recordar el 11 de junio, Día Internacional de Solidaridad con Marius Mason y lxs presxs anarquistas de larga condena. Si bien, nuestra celebración de este día busca visibilizar a Marius y a otrxs presxs anarquistas que corren el riesgo de caer en el olvido debido a sus largas condenas, también reflexionamos continuamente sobre cómo destacar la importancia de lxs presxs y de la lucha anticarcelaria en general como parte de nuestro camino hacia la libertad.

El entorno carcelario ha albergado desde hace mucho tiempo un potencial rebelde y revolucionario. Es un lugar donde lxs rebeldes se encuentran, aprenden juntxs y se organizan. El legado histórico de la revuelta en su interior significa que la prisión actual está aún mejor preparada para gestionar, aislar y reprimir cualquier ruptura. Sin embargo, la prisión, como todo lo demás, no es totalizadora en su capacidad de controlar o sofocar. A pesar de la represión, a pesar de los efectos paralizantes de factores como las drogas y la violencia institucional, lxs presxs siguen innovando y adaptándose, y quienes estamos fuera podemos seguir haciendo lo mismo, en nuestras relaciones solidarias y en nuestros avances hacia un mundo sin cárceles. Este año, nos asalta la visión de una semilla germinada por el fuego. La semilla espera a que el calor y el humo le indiquen el momento de abrazar la vida, en un entorno que limpiado y preparado para recibirla. En un mundo hipercivilizado que, en su afán de dominación, ha intentado eliminar el fuego: debemos prenderle fuego a lo viejo y provocar el nacimiento de una nueva vida.

A medida este orden dominante alcanza nuevas cotas de terror (o al menos previamente ocultas) reflexionamos sobre cómo abrir nuevos caminos y relaciones en un terreno que ha encarnado la rebelión desde el principio, y que la ha encarnado constantemente. Nuestros caminos seguirán exigiendo experimentación, adaptabilidad e ingenio. ¡Que nos animen la desaparición de viejas fuerzas y nuestra disposición a adoptar nuevas formas de vida!

Hay una historia de orgullo el encuentro entre anarquistas y otrxs radicales en prisión, que incluye sus esfuerzos de mentoría y enseñanza a terceros. La Liberación Negra y las luchas adyacentes en los EEUU crearon focos de radicalización dentro de las cárceles que, al ser capturados, conllevaron a momentos como el Levantamiento de Áttica en 1971. Los traslados de los recalcitrantes de larga condena conducen a encuentros de mentes. Como cuando Sundiata Acoli, Joe Joe Bowen, Hanif Shabazz Bey y Ray Luc Levasseur se reunieron en Marion, Illinois. Joe Joe, por ejemplo, continuó enseñando estrategias de guerrilla mucho después. Lxs presxs anarquistas de larga condena han participado en huelgas de hambre y trabajo en cárceles de todo el mundo, en particular incluyendo a muchos de lxs camaradas griegxs, como Nikos Maziotis. Lxs presxs anarquistas, subversivxs y mapuche chilenxs escriben declaraciones colectivas para muchos días de acción, en particular Mónica Caballero, manteniéndose conectada con las luchas más allá de los muros. También inspiran la resistencia fuera de la prisión, como vemos en muchas acciones en solidaridad con lxs compañerxs mencionadxs, y de reciente importancia: la huelga de hambre de 180 días de Alfredo Cospito, que, antes de finalizar el año pasado, desencadenó múltiples acciones incendiarias. También ha habido casos de ancianxs y presxs de cadena perpetua que se han hecho responsables de acciones masivas para intentar proteger a otrxs de más tiempo y consecuencias.

El Estado utiliza las cárceles para limitar y contener a las personas rebeldes, los proyectos revolucionarios y la organización en el exterior. Esto a veces puede ser contraproducente, convirtiendo la prisión en un foco de revuelta y radicalización. Para adaptarse al potencial revolucionario de la organización de lxs presxs, las cárceles modernas emplean diversas herramientas para controlar la circulación de personas, ideas y habilidades en un intento por sofocar posibles revueltas. Estas herramientas incluyen la vigilancia —cada vez más tecnologizada— de las personas, sus movimientos y sus relaciones, y el fomento de las divisiones entre las clases de presxs, enfrentándolos entre sí. La violencia física directa y el aislamiento se utilizan con mayor profusión contra lxs alborotadorxs, lxs defensorxs y lxs docentes. Además de aislar a alguien, a veces durante décadas, el sistema también traslada a las personas fuera de su bloque, de aquellos en quienes confían y con quienes se han organizado, o a cualquier parte del país, lejos de sus familias y simpatizantes. La continua expansión de los sistemas e instalaciones penitenciarias es necesaria para poder separarnos y distanciarnos unos de otros. Cada vez que lxs presxs se rebelan, el Estado intensifica y adapta estas medidas, e innova con otras nuevas, para evitar que vuelva a ocurrir. Todas las barreras que enfrentamos actualmente para mantenernos conectadxs y empoderadxs son evidencia de cuánto miedo nos tienen los guardias y administradores.

¿Cómo, entonces, nos adaptamos a la innovación de las herramientas y técnicas de control? Primero, debemos intentar comprenderlas. A menudo, son lxs presxs con largas condenas quienes mejor pueden observar, evaluar y articular el comportamiento del Estado, puesto que lo han visto cambiar con el tiempo. Esta es sólo una de las muchas razones por las que debemos facilitar activamente la participación de estxs presxs en los espacios anarquistas. Para nosotrxs es esencial desarrollar formas redundantes y descentralizadas de mantener la comunicación a pesar de la vigilancia y la censura. Esto es necesario en la construcción de la organización interna y externa, así como en la colaboración entre lxs presxs y lxs más libres. La correspondencia también sirve para recordar a lxs cautivxs que no están olvidadxs y a sus captores que estamos vigilando. El apoyo material también es esencial. El dinero para lxs presxs anarquistas no sólo les ayuda a obtener lo que necesitan para sí dentro de la cárcel, sino que también puede llegar a otrxs con menos apoyo social. Más allá de cubrir las necesidades personales, los fondos también pueden utilizarse en la economía penitenciaria para comprar o crear herramientas que mantengan la comunicación, o para protegerse de la violencia de lxs guardias o de otrxs presxs. También debemos desarrollar la capacidad de actuar en solidaridad y en respuesta a lo que aprendemos de nuestrxs compañerxs, ya sea en forma de manifestaciones en prisiones, descargas telefónicas, actos destructivos y otras cosas que pocos de nosotrxs hemos soñado todavía.

Cuando un anarquista va a prisión, puede servir como punto de conexión entre personas dentro y fuera de la cárcel. Nuestro compromiso y estilo de apoyo a lxs presxs permite que esta conexión fructifique, no sólo individualmente, sino también, en el mejor de los casos, para desafiar al poder del Estado donde más se concentra. Este rol del presx anarquista y politizado puede adoptar muchas formas. Pueden usar su posición, voz y capacidad para amplificarla y para hablar de temas más amplios. Así es como les informan a camaradas externxs sobre las luchas de las personas cautivas. En EEUU, esto se ha visto especialmente en las luchas de Liberación Negra y la coincidencia entre la actividad del Partido Pantera Negra y el Ejército de Liberación Negra en el exterior, y los levantamientos en cárceles y prisiones de todo el país. Más recientemente, hemos visto a Eric King abogando por los amigos que hizo dentro de la cárcel y que lo ayudaron durante algunos de sus momentos más difíciles. También hemos visto a varias personas encarceladas en las cárceles de Atlanta por su participación en Stop Cop City y en Pensilvania por su presunta participación en la liberación animal, usar sus contactos mediáticos para describir las condiciones internas y contar las historias de las personas que conocieron. La mayoría de las personas en prisión no tienen a nadie que pueda difundir sus palabras, ya sea a través de un blog, una revista o un grafiti. Los espacios anarquistas pueden y hacen precisamente eso. Michael Kimble es un gran ejemplo de cómo actuar como conducto entre el apoyo externo y una población queer cautiva que se apoya mutuamente en sus propios términos. Aunque aún se encuentran en una situación muy precaria y bajo ataque, Marius Mason ha logrado influir significativamente en el trato y el acceso de las personas trans al sistema penitenciario federal. En 2020, Jeremy Hammond grabó un video de él mismo y otras personas cautivas expresando su solidaridad con las protestas de Black Lives Matter en las calles. Malik Muhammad escribe una columna en su blog contando historias y entrevistando a personas que conoció en aislamiento. A través de su conexión con otrxs anarquistas, Michael Kimble comparte la historia negra radical en su barrio durante el Mes de la Historia Negra y el Agosto Negro. De esta manera, lxs presxs anarquistas vinculan la lucha interna y la radicalización con el movimiento más amplio exterior.

Lo contrario también es cierto. Por la naturaleza de su posición, lxs presxs anarquistas fortalecen el movimiento en general al orientar su análisis, métodos y prioridades. Al incluirnos en el espacio anarquista, desmitificamos el encarcelamiento y nos enseñamos mutuamente las mejores prácticas y técnicas de supervivencia. Esto, a su vez, empodera a otros a asumir los riesgos necesarios, sabiendo que no están solxs. Nuestro compromiso de apoyar a nuestrxs presxs nos mantiene fieles a nuestro valor de confrontar el poder estatal incluso donde es más poderoso. Mantener relaciones y facilitar la participación en el movimiento de personas que nos son arrebatadas físicamente proporciona a lxs anarquistas un ala de lucha que está “tras las líneas del enemigo”. El poder de encarcelar, desaparecer, silenciar, robar camaradas, familiares y amigxs debe ser combatido. Y esa combatividad únicamente puede darse con otrxs presxs politizadxs y revolucionarixs. Al reunirnos y luchar juntos en prisión fortalecemos los lazos entre las personas criminalizadas y las clases bajas: una reunión informal e irregular de enemigos del Estado.

Nuestros pasos hacia una vida en libertad se forjan y fortalecen, sin duda, al luchar junto a quienes están cautivos del Estado. La inventiva y la valentía necesarias para sobrevivir y mantener nuestros valores internos pueden enseñarnos mucho sobre el espíritu que debemos reunir para seguir adelante. Que este 11 de junio sea un día para reflexionar sobre quienes amamos en nuestro interior, aquellos con quienes crecemos y luchamos; para seguir luchando contra este mundo de prisiones y contra las fuerzas que lo mantienen.

Actualizaciones de presxs:
¡A Marius Mason le faltan menos de dos años para ser liberado! A pesar del progreso que ha logrado para sí mismo y para otrxs presxs transgénero, y debido a las políticas antitrans del gobierno federal de los EEUU, en marzo fue transferido de nuevo a un centro de detención para mujeres en Danbury, Connecticut. El Estado también nos exige que usemos el nombre de nacimiento de Marius en nuestra correspondencia. Michael Kimble también fue transferido recientemente a otro centro de Alabama. Continúa su proceso de re-sentencia y continúa participando en publicaciones anarquistas. Tras iniciar una huelga de hambre debido al despojo de sus pertenencias y otros actos de acoso, Malik Muhammad fue transferido a otro centro en Oregón. En este centro también ha sido objeto de persecución y se le ha puesto en aislamiento, acusado falsamente de intentar organizar una huelga general. Sean Swain continúa su colaboración con Final Straw Radio. El camarada Z también ha trabajado con Final Straw y ha escrito artículos para la revista Texas Observer. Xinachtli tiene una nueva campaña de recaudación de fondos.

A nivel internacional, celebramos la liberación de Claudio Lavazza el año pasado, tras una vida dedicada a la lucha anarquista. También destacamos la continua lucha de Alfredo Cospito y, ahora, de Francisco Solar (en Italia y Chile, respectivamente), contra sus condiciones particularmente atroces. Mónica Caballero continúa organizándose y denunciando desde las cárceles chilenas, y recientemente hemos visto algunas peticiones de apoyo financiero. En Grecia también ha comenzado una nueva represión, tras una explosión inoportuna en Atenas que mató a un compañero e hirió a otra compañera, llamada Marianna. Nos solidarizamos con todxs lxs compañerxs acusadxs ​​tras la explosión. Asimismo, la solicitud de libertad condicional de Nikos Maziotis ha sido rechazada por los tribunales griegos, ya que pronunció la obvia verdad de que «lxs revolucionarixs no se ‘corrigen’ ni ‘mejoran moralmente’», por lo que se espera que cumpla su condena completa. Finalmente, agregamos dos anarquistas más a nuestra lista de presxs de larga condena mientras el Estado chileno se prepara para procesar a Aldo y Lucas Hernández, cada uno enfrentando décadas de prisión, habiendo estado en prisión preventiva desde diciembre de 2022.

Con cada nuevo y continuo intento de los Estados del mundo por imponer la obediencia a sus programas opresivos, nosotros también reconocemos un deseo urgente de su destrucción.

Fuente: https://june11.noblogs.org


Fanzine

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