Editorial
Durante los últimos días hemos sido testigos de cómo los medios de desin-formación han jugado sus fichas en rela-ción a la muerte del paco Martínez la no-che del 11 de septiembre. En relación a esto, enviamos todo nuestro repudio a di-chas organizaciones, entendiendo que la muerte de un paco no sólo es la muerte simbólica de uno de los monigotes del ca-pital, es también la muestra más clara de la existencia de la guerra que tanto intentan esconder.–la guerra esencial que da forma al estado– .
El manejo mediático no nos interesa y no sentimos más que lástima por todos aque-llos ciegos que se enternecen y apenan al ver a su viuda y su hijo llorando en la tele-visión.
Creemos fielmente que los sujetos pierden la condición humana, como sucede con cualquier sujeto alienado y entregado a los surcos sin fin del trabajo asalariado, pero ser un vigilante y pasar a ser un defensor de la mercancía, es una enajenación doble y aumentada. Significa transformarte en enemigo armado de la dignidad humana.
Ser un vigilante implica muchas veces saber lo que esto significa. Cualquier carabinero lo sabe, y la población aunque no posea discursos sofisticados ni política-mente correctos entienden que ser paco es transformarse en un ente opresor, y en una autoridad incuestionable. Ellos saben que ser un carabinero implica ser el brazo ar-mado del capitalismo, ser el guardián y lacayo directo de los dueños de las mercan-cías escondidas en los escaparates. Y desde luego, como dicen por ahí, no merecen, bajo ningún pretexto que en los barrios mas excluidos se les arrojen flores.
En las poblaciones la falsa seguridad que representan es repudiada en cada respiro y cada lagrima de las miles de victimas que han sido presxs, asesinadxs o perseguidxs,.
Enviamos todo nuestro apoyo y ánimos de resistencia a lxs compas perseguidos y hostigados burdamente por el aparataje estatal de represión y su sana jurispruden-cia. Seguiremos aquí, en la trinchera de la guerrilla comunicacional y más allá, resis-tiendo en su nombre y en el de lxs caídxs.
Jamás vencidxs, jamás olvidadxs, recoge-mos su antorcha y mantenemos vivo su fuego en la guerra que los poderosos nos imponen día a día, en cada calle, en cada esquina, en cada símbolo del esclavismo moderno, en cada boca que pronuncia la palabra “democracia” añorándola como la “mejor solución”.
Y si quieren bandera a media hasta para Martínez, que la pongan, porque nos cagamos tanto en la bandera como en su muerte.
Libertad a lxs compas presxs a manos del capital, venganza y resistencia en el nom-bre de nuestrxs muertxs.
Saludamos solidariamente a lxs compañe-ros, Tortuga, al Diego Rios, Freddy Fuen-tevilla, Juan Aliste, y Marcelo Villarroel, a los compas de la región boliviana Henry S., Nina Marcia M., Víctor Hugo G., Rena-to G y Mayron G. Al compañero uruguayo David Lamarthée y muchxs otros que siempre estarán presentes,
Muerte a los pacos, fuego a la bandera, guerra y desobediencia
Despierta septiembre, ¡que ardan todas las esquinas, que la revuelta continúe!
septiembre, 2012
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