La firma del TPP-11 no es solo un hito en el ámbito económico, también lo es en la política exterior al establecer reglas comunes supranacionales destinadas a otorgar mayor seguridad a los inversionistas, facilitando el acceso a los mercados con una mayor diversificación de productos. Para ello, se generarán mecanismos contra las políticas proteccionistas que “amenazan” el libre comercio y los flujos de inversión, como una nueva forma de adaptación a las nuevas lógicas de la globalización mercantilista.
Las autoridades y los empresarixs justifican el TPP-11 argumentando que su aprobación aumentará las oportunidades financieras permitiendo la reactivación de la economía y la prosperidad social, ocultando por medio de cifras engañosas el funcionamiento desigual y exterminador del modelo neoliberal, en donde los reales beneficiarios de la explotación de la tierra y la vida del planeta solo unos pocos políticxs y capitalistas miembros de las elites nacionales e internacionales. En la región chilena, las exportaciones derivadas de la agroindustria y mineria no han creado ni nuevos ni mejores empleos. Por otra parte, la noción de más libre comercio como salida a la crisis, en un contexto en el cual la economía está estancada, no es sustentable pues se ignoran variantes éticas, sociales y ecológicas, sin contemplar los contextos situados de cada territorialidad.
Por lo tanto, es necesario posicionarnos en rechazo a esta engañosa alianza, disfrazada de falso progreso, que solo busca privatizar aun más la tierra y acelera el proceso de degradación de la vida en beneficio de quienes rigen la economía y el monopolio capitalista. NO AL TPP-11!
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Chuchunco, Valle del Mapocho
Walüng, 2021
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